Sólo hay un país en el mundo árabe que haya sido clasificado como “libre” [en relación a su prensa], Túnez. Como consecuencia, los árabes (…) son incapaces de abordar adecuadamente asuntos que afectan a la región y a su vida diaria.
JAMAL KHASHOGGI, en su último artículo para The Washington Post. Traducido por El País.